Aquellos no muy familiarizados con la gastronomía coreana, al escuchar que comemos algas con frecuencia ponen cara de espanto. Pero seguro que ese rictus desaparece al probar los mil y un platos donde las algas encajan perfectamente.
Las algas no solo son muy consumidas en mil variedades y platos distintos en Corea del Sur, sino que las algas coreanas también son cada vez más demandadas en el extranjero, pues son reconocidas por su exquisita calidad, respecto a otros países productores de algas.

Una especialidad no muy conocida, o cuyo consumo no es tan frecuente como aquí, son las láminas de algas secas. La traducción en coreano es “kim” (김), sin más, como el apellido.
Es un ingrediente común en la cocina coreana. Junto con miyeok (wakame) y dasima (Saccharina japonica), es uno de los tipos de algas marinas más cultivadas y consumidas en Corea.

Las hojas secas de kim o gim a menudo se usan para envolver el arroz antes de comerlo. De hecho, el gimbap (los rollitos que todo el mundo conoce) son una variante más elaborada que añade otros ingredientes como carne, huebo, pescado o verduras.
Pero también se puede comer tal cual, como snack para acompañar una cerveza, por ejemplo, en láminas tostadas o fritas con aceite de sésamo, o bien usarla en los platos acompañantes (banchan).